lunes, 23 de septiembre de 2013

De tenderte

El sábado 21, San Mateo, preparé un tenderte en mi casa para corresponder a las invitaciones de los amigos que me hacen a lo largo del año. No pudieron venir todos, como es natural. Unos estaban en la vendimia, otros de viaje o enfermos, otros por diversos motivos..., pero nos reunimos un buen grupo. Lo pasé genial, aunque eché de menos a los ausentes! Tres parrandas distribuidas por el garaje y el jardín, tertulias, chistes, alegaciones, un mogollón de comida y dulces y, especialmente buena compañía y buenos amigos.

Canarias y, en especial, Tenerife en un lugar maravilloso donde encontré a un millón de amigos (como la canción) y donde celebramos los típicos tenderetes en los que todos colaboran y participan a su manera con el objetivo de que la fiesta resulte fantástica. Todos aportan comida, bebida, guitarras, timples o instrumentos varios, friegan la loza, cocinan, limpian, recogen, animan, cantan, bailan... Todos traen lo mejor de sí mismos y se pasan unos ratos inolvidables. Te olvidas de los problemas, de la rutina, de la crisis, de todo lo malo que ocurre en el mundo. Te sumerges en un océano de alegría, optimismo y amistad.
Me gusta viajar, conocer gente y lugares, me gustaría ver crecer a mis hijos (aunque ya son bastante altos, en especial, mi hijo), me gustaría seguir viviendo; pero como me dijo en una ocasión un amigo: si me murise ahora, lo podría hacer satisfecha, porque conocí la Felicidad con mis amigos de Tenerife y no necesito más.





1 comentario:

  1. ¡Qué bien lo pasáis todos! ¡Así da gusto celebrar uno! Espero que sigas disfrutando de ellos y compartiendo tus experiencias con todos nosotros.
    ¡Sigue así!

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