lunes, 22 de septiembre de 2014

Festival Periplo

Festival Periplo de Puerto de la Cruz (Santa Cruz de Tenerife)

El Festival Periplo de El Puerto de la Cruz nos sumerge por segundo año consecutivo en el fascinante mundo de los viajes y aventuras. Durante una semana la ciudad portuense nada y bucea en mares, ríos y océanos exóticos, lejanos; experimenta en su seno las mil y una aventuras de viajeros que con osadía y espíritu intrépido se desplazan por los lugares más insospechados del planeta. Después plasmarán sus impresiones, sus excursiones, sus avatares en libros y reportajes. Más tarde disertarán sobre ellos, nos los darán a conocer y nos harán cómplices de sus vivencias.
El Festival Periplo constituye una puesta en escena única, ocurrente y genial de llevar la aventura y el viaje a los hogares de los portuenses, de los chicharreros, de todos los que se detienen a escuchar los relatos o a tomar parte en alguna de las múltiples actividades que se organizan al respecto.
Se trata de una experiencia que vale la pena vivir tanto como espectador, como autor. Ambas te engrandecen, te abren nuevos horizontes, te llenan. Por eso se la recomiendo. Por eso animo a la Organización para que siga organizando y a los escritores participantes para que sigan escribiendo y participando y a los asistentes para que sigan asistiendo y a todos para que sigan enriqueciéndose como personas y como ciudadanos del mundo.
Javier Reverte, Jesús Lens, Julio Yanes, Antonio Lozano, Luís Leante, Sagar Khatnani, Jairo López, Pablo Martín Carvajal, Nuria Barrios, Emilia Vié, Enrique Perera, Román Morales, Sonia García, Cecilia Domínguez, Xavier Moret, Carlos de Hita, Eduardo García Rojas, una servidora y mucha otra gente genial que perdone que no la mencione, porque ya me pierdo, pero para eso les remito al programa. Todo un cúmulo de estrellas brillaron con luz propia y, a modo de soles, transmitieron su luz a toda la población.
























jueves, 11 de septiembre de 2014


Una gran pérdida como persona y de las letras canarias.

Escribo unas líneas apresurada. Salgo para el tanatorio a despedir a un amigo. Un gran escritor y una gran persona. No lo traté en demasía, pero sí compartí algunos ratos con él y varias lecturas.
Lo recuerdo en la boda de su hija, en bautizos y comuniones de nietos. En mi casa cuando mi hija, alumna de la Facultad de Periodismo le hizo una entrevista en mi casa al calor de la chimenea, en algún tenderete familiar, íntimo, porque él era muy íntimo y amigo de la tranquilidad, la paz, el sosiego y las amistades reducidas.
A él le debo mi salto a la literatura de publicación. Yo siempre había escrito desde niña para familiares, amigos, compañeros de estudios..., pero todo se quedaba en casa. Él leyó uno de mis relatos y me animó a dar el salto; me lanzó sin miramientos de un golpe brusco a la piscina, porque opinaba que yo sabía nadar y no me hundiría.
Arturo Maccanti estuvo conmigo en el Orfeón la Paz cuando presenté mi primera novela: El envío turco.
Lo estoy viendo, como si fuera ahora, agitando la mano derecha cuando mencioné su nombre en señal de agradecimiento.
Me lo imagino en el mundo del Más Allá componiendo más poesías y más historias. Me lo imagino feliz leyendo y escribiendo y llevando una vida tranquila, pero alegre. Así lo recordaré siempre, aunque ahora las lágrimas inunden mis ojos y no me permitan seguir escribiendo.
Entre mis líneas borrosas sólo quiero hacer un homenaje al gran Arturo Maccanti.