El extraño gato.
Un día entró en mi jardín un gato. Es precioso, con la tripa blanca y el lomo ajedrezado en cuadrículas marrones y negras; por eso lo llamé Schach, que en alemán significa ajedrez. Se va a dormir a las siete o las ocho como las gallinas, cuando corre galopa como un caballo, maúlla como un perro, come como un elefante y mancha como un cerdo. Es una mezcla de animales en sí.
Se desayuna pollo de corral y yogur griego o restos de langostinos. ¡Qué más puede pedir! Vive como un rey en el cuarto de tenderetes, sobre un cojín. Sin embargo es un tanto arisco y solo se acerca de cuando en cuando.
De todas maneras lo quiero mucho.
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